El Arzobispado de la Ciudad de Buenos Aries, socio propietario del estadio, quiere venderlo a un grupo europeo para que se construyan unas torres de oficinas, por una suma de U$S 40.000.000.
El estadio Luna Park, ubicado en la Avenida Madero 420 del barrio de San Nicolás, icono de la Ciudad de Buenos Aries, fue inaugurado en el año 1932, y estuvo administrado por Juan Carlos “Tito” Lectoure, hasta su muerte en el 2002. Luego de su fallecimiento, su tía política y única dueña Ernestina Devecchi de Lectoure cedió el 95% de la totalidad del estadio en partes iguales a dos instituciones religiosas, la primera es Caritas, que depende del Arzobispado de Buenos Aires, y la segunda parte heredera es la Orden Salesiana de San Juan Bosco. Años más tarde la Iglesia termino comprando el 5% restante del Luna, que había quedado en manos de los herederos de Tito Lectoure, sus hermanas y sobrinos.
Por el Luna Park, bautizado como el “Palacio de los Deportes”, porque por sus puertas pasaron leyendas del boxeo como Nicolino Locche, Bonavena, Monzón, Gatica, personalidades de la política y del espectáculo, también se realizaron los eventos más importantes del país, como el velorio de Gardel y el casamiento de Maradona. En el año 2007 fue declarado Monumento Histórico Nacional, y esta declaración es una de las causas que impide la venta del predio.
Para que el Arzobispado pueda vender el Luna Park, tendría primero hacer que Legislatura porteña reforme el Código Urbanístico de la ciudad, donde el terreno figura como Zona de Protección Histórica.
Los motivos que alegan los propietarios actuales para vender, es la falta de recursos para generar dinero suficiente para pagar los sueldos del personal y el mantenimiento del estadio.
A pesar que se anuncia su venta, previa reforma del Código Urbanístico en la Legislatura porteña, el rumor fue desmentido por la Curia religiosa. El Obispo Auxiliar de Buenos Aires, quien administra los fondos de la Iglesia, admitió que necesitan recursos económicos para compensar el $130.000.000 que se derivan a sueldos que salen del Estado, y a los que se renunciaron voluntariamente. Con la venta del Luna Park amortizarían ese vacío por años.
Por otra parte, el Poder Ejecutivo porteño, aseguro que un cambio en el Código Urbanístico para su venta, y la posible construcción de los edificios de oficinas en actual predio de la Avenida Madero es casi imposible, porque sería necesario un convenio de acuerdo entre las dos partes propietarias, la aprobación de la ley por la Legislatura, y el consentimiento de la Comisión del Patrimonio Urbano, y que este ultimo de depende del Estado Nacional.
